Cae el periodismo "rápido y furioso"; se busca un modelo más vivo, emocional y sin solemnidades
El periodista y documentalista español Pere Ortín sacudió el Encuentro Internacional de Periodistas 2025 al afirmar que el oficio debe abandonar la rigidez, la prisa y la obediencia narrativa con culto a la actualidad, para convertirse en un periodismo vivo, emocional y sin solemnidades.

Por Osvaldo Granados
El periodista y documentalista español Pere Ortín provocó uno de los momentos más intensos del Encuentro Internacional de Periodistas 2025 al sentenciar que “el periodismo convencional rápido y furioso está muerto” y que la única forma de revitalizarlo es hackeándolo: romper solemnidades, abrazar la contradicción y devolver emoción a las historias.
Afirmó que la crisis del oficio no proviene de la tecnología, sino de la ortodoxia que repite fórmulas sin cuestionarlas y del culto a la actualidad “como si fuera un tótem intocable”. En el marco de la Feria Internacional del Libro y ya en el Encuentro Internacional de Periodistas presentó su propuesta de Periodismo Dadá, un modelo que busca un periodismo más humano, más vivo y menos obediente.
EL MODELO AGOTADO: PRISA, SOLEMNIDAD Y RUTINA
Ortín cuestionó la velocidad como mandato que vacía al periodismo de profundidad y sensibilidad.
“Creemos que informar rápido es informar mejor, pero lo único que hacemos es perder mirada y perder mundo”, sostuvo. Por ello, destacó, el periodismo debe incorporar sensaciones y complejidad sin miedo a alejarse del formato rígido de la nota dura, corta y fría.
También criticó el apego casi religioso a la “actualidad”, al asegurar que, si el gremio deja de tratarla como un dogma, gana libertad para mirar la realidad desde otros ángulos.
PERIODISMO DADÁ: EMOCIÓN, DESOBEDIENCIA Y CAOS CREATIVO
Frente a estos límites del modelo tradicional, Ortín planteó el Periodismo Dadá como un periodismo que no busca consenso ni obedece la rigidez del “deber ser”, sino que incorpora contradicciones, dudas, silencios y emociones.
Aseguró que contar historias desde esta mirada implica aceptar que el periodismo es una “manipulación honesta”, una interpretación basada en hechos, pero también en decisiones narrativas, estéticas y humanas.
“No somos un espejo frío: somos un caleidoscopio”, dijo.
LOS DATOS IMPORTAN, PERO NO LO SON TODO
Ortín aclaró que no se trata de renunciar a los datos, sino de reconocer que no representan toda la experiencia humana.
Para él, el periodismo debe incorporar sensaciones y complejidad sin miedo a alejarse del formato rígido de la nota dura.
ADIÓS A LA SOLEMNIDAD: HUMOR Y POÉTICA PARA CONTAR EL MUNDO
Otro de los puntos centrales de su ponencia fue la crítica a la solemnidad que domina la profesión.
Ortín sostuvo que el periodismo no necesita más gravedad, sino más humanidad, y que ética y estética deben dialogar incluso cuando “nuestros sentidos nos mientan”.
NACROPERIODISMO: CONTAR DESDE EL BORDE
El documentalista propuso trabajar desde los márgenes, en lugares donde la narrativa dominante no alcanza, lo que denominó “nacroperiodismo”: relatos incómodos, vivos, imperfectos y que no pretenden ser definitivos.
UN LLAMADO A HACKEAR EL OFICIO
Ortín cerró su intervención con un llamado a romper inercias y reinventar las formas de contar.
El Periodismo Dadá, dijo, no pretende ser creído sin cuestionamientos ni busca ofrecer verdades absolutas, sino sacudir al gremio para volverlo más presente y más honesto. “Queremos periodistas despiertos, no obedientes”, concluyó.
